Ya se sabe que las mentiras repetidas una y otra vez se incrustan en las mentes de las personas, como las lapas en las rocas. De manera sutil, como la lapa (un gasterópodo de lo más simple), la mentira utiliza sus duras rádulas para raspar la resistencia del cerebro y hacerle creer que es una verdad.
Hay que añadir el sentimiento de culpa, tan profundo en nuestra cultura, al jugo de la lapa-mentira y tendremos el resultado: la culpa de la crisis es de los ciudadanos que hemos vivido de puta madre estos últimos años. Hay que pararse a reflexionar y analizar este mensaje que nos viene del FMI, de los mercados sin rostro, del BCE. ¿Alguien ha puesto en duda esta afirmación? No. No he oído, y por favor que alguien me corrija, a nadie clamar en alto sobre esta falacia y denunciar tan descarada manipulación. ¿Tienen pinta los griegos de vivir de puta madre o de haberse pegado TODOS ellos la gran vida sin pegar palo al agua los últimos años? Porque eso es lo que está transmitiendo a los alemanes su Gobierno. Si a eso le unimos la sana envidia que provocan nuestro clima y gastronomía, además de las mujeres magníficas que nos rodean, la opinión pública lo compra: «Cómo ¿que se jubilan a los 63? ¿Que tienen vacaciones pagadas, y un día más que yo?» Lo que no tienen en cuenta son las condiciones de vida de un español o de un griego que trabajan muchas horas más, ganando menos, y con unos servicios sociales de cuarta categoría comparados con los suyos. Pero una vez sembradas la sospecha y después la mentira, crecen y crecen hasta convertirse en mortíferos pepinos.
Nos acusan de haber vivido por encima de nuestras posibilidades, así al mogollón todos, y como es pecado y además lo dicen los europeos (nuestro Padre pendiente de matar en términos freudianos) nos acoquinamos y pensamos que debe ser verdad. La afirmación va seguida de que se veían pedazo de coches por las calles (no sería el mío), que tenemos un Estado del Bienestar desmesurado ¡¡¡porque tenemos sanidad y educación pública y gratuita y unas pensiones raquíticas!!! y que no nos merecemos semejantes privilegios.
Que yo sepa, y tengo muchos ejemplos a mi alrededor en mi vida privada y profesional, en España se han mantenido las condiciones de trabajo más leoninas y precarias de Europa en estos años; los sueldos siguen siendo de los más bajos de la UE; la educación pública es gratuita pero se le escatiman todos los medios para que compita en igualdad de calidad con la privada; las pensiones ridículas; las casas inalcanzables, lo que ha causado un endeudamiento bestial gracias al cual se han forrado los bancos. Hasta que los españoles (y en todo el mundo en general) han dejado de pagar sus créditos, tan felizmente otorgados por los bancos con la aquiescencia de los famosos mercados.
Yo no he vivido alegremente; a mi alrededor he visto a mis amigos y compañeros trabajar como mulas y vivir decentemente, no a lo grande. No nos merecemos pagar los platos rotos y que encima nos llamen gilipollas a la cara diciendo que es porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades o por habernos pegado la gran vida. ¡A la mierda! (en recuerdo de Fernando Fernán Gómez)
P.d: creo que tiene que haber una salida social a la crisis.
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